Nuestra sociedad actual si por algo está caracterizada es por su complejidad. Y creo que será acertado decir que nunca antes había sido más compleja de lo que es ahora. Sin embargo, esto no quiere decir que sea sabia. Entonces, ¿sociedad del conocimiento? Lo pondré en duda.
Para acceder al conocimiento, tenemos varios medios: libros, revistas, periódicos, televisión... pero la mayor novedad son las nuevas tecnologías.
¿Y por qué esta importancia al conocimiento? Porque es la base de nuestra sociedad tan compleja: conocimiento bien administrado=título académico=éxito; ¿o es que nunca lo habíais pensado?
Si tomamos éstas en cuenta, dentro de la complejidad social que al principio nombrábamos, podemos distinguir distintos grupos de edad, y por supuesto, dentro de los grupos de edad varios ámbitos.
Por un lado tenemos a los niños, que se están educando en una sociedad imperada por las nuevas tecnologías. Por otro lado, tenemos a los jóvenes, quienes también están inmersos en estas pero tal vez les hayan llegado más tarde, dejando así su influencia más tardía. Después nos encontramos a los adultos, a quienes les cuesta introducirse en este mundo virtual mucho más, porque realmente no han nacido con ello; y por último, la tercera edad, quienes definitivamente menos lo conocen .
Sin embargo, no hemos de olvidar que dentro de estas distintas generaciones hay subgrupos; entre ellos, los excluídos y no excluídos sociales. Los excluídos, si entramos en el debate neotecnológico, pasarían a formar parte de aquel grupo que efectivamente no sabe utilizar las nuevas tecnologías, o en el peor de los casos, no tiene acceso a las mismas.
A pesar de todo ello, también los hay (y aquí incluyo a los integrados sociales) los que sabemos utilizar las nuevas tecnologías, y no nos damos cuenta de su repercusión ¿tenemos una conciencia real sobre lo que hacemos?; ¿nos engañan?, ¿nos manipulan?
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